lunes, 20 de octubre de 2014

Fervenza do Ézaro, una maravilla de la naturaleza

                                


Hola chic@s, bueno primero daros la gracias por la aceptación que está teniendo el blog, ya que en menos de una semana ha llegado casi a las 400 visitas. Muchísimas gracias a todos, espero que os guste el contenido del blog y que tengáis tantas ganas de conocer mundo como yo.

Bueno el fin de semana vinieron unos amigos italianos de visita por Galicia y quisimos enseñarles un poco la “esencia gallega” que todos los de aquí conocen pero que por desgracia los forasteros no tenemos ni idea.
Y es que como ya sabéis, Galicia es conocida por sus verdes praderas y por sus enormes bosques. Este “verde” hacen de ella un sitio fantástico para poder disfrutar de la naturaleza, esa naturaleza que trasmite tanta paz y tranquilidad que hace que nunca quieras volver a la ciudad. Por tanto quisimos intentar acercarles un poco a la naturaleza de esta zona para que fuera una visita un tanto diferente.




Esta vez nos fuimos a descubrir una pequeña parte de la Costa da Morte, tal vez os suene por la gran catástrofe ocurrida en el 2002, cuando el Prestige llenó sus maravillosas playas de petróleo puro. Hoy en día aún puedes encontrar algunos pequeños restos en alguna de las playas que fueron más afectadas. Nuestra parada fue en un pueblecito pesquero de la costa gallega que sin saberlo tenía una de las grandes maravillas que he visto en mi vida. Y es que en ese pueblo desemboca el rio Xallas de una forma muy peculiar, el agua baja bailando por encima de las rocas del monte O Pinedo hasta llegar a su destino final: el océano. Son conocidas como las cascadas de Ézaro. Estas se encuentran a las afueras del pueblo Ézaro y son de fácil acceso, puedes ir en coche, en bicicleta o incluso caminando. Una vez llegas allí tienes una gran explanada para poder aparcar y poco después una zona exclusiva solo para peatones que te llevan directamente hasta la cascada.


Conforme vas andando escuchas la suave sintonía del agua golpeando a las rocas y notas esa brisa en la cara. Es una sensación mágica, ya que te ves tan pequeñito al lado de tal maravilla de la naturaleza que por lo menos una servidora se quedó anonadada.


En el cauce de la cascada 







Un lugar idóneo para poder ir a pasar el día, sobretodo si eres dominguero, que vas con el tupper, los bocadillos de jamón serrano y “tomateta refregaeta”. Es un lugar donde puedes ir con la familia, amigos, pareja y disfrutar de una agradable comida fuera de lo que estas acostumbrado además de salir un poco de la ciudad y saborear un poco de la naturaleza que a algunos nos hace falta. :D

Os dejo una serie de fotos para que os hagáis a la idea de lo bonito que es este lugar y la paz que se respira en el ambiente escuchando como el agua rompe a 20 metros de ti.


Tranquilidad en plena naturaleza

Comiendo con unas grandes amigas italianas :)


Nuestra siguiente parada fue El mirador de Ézaro que fue final de etapa en vuelta ciclista España hace un par de años. Allí pudimos contemplar una pequeñita parte de la Costa da Morte además de ver uno de los cabos mas importantes de España, Finisterre ( que se encuentra a lo lejos de la imagen).
Por último deciros que estoy muy contenta por haberme embarcado en esta aventura y que espero que vosotros también disfrutéis de ella. Espero que os haya gustado el post y en el próximo os desvelaré cual fue el último destino de este viaje tan peculiar.

Molts petonets,

By nubama :)


Mirador de Ézaro



  

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